Un investigador británico se ha propuesto mejorar la mensajería.
Las directrices sobre actividad física son la forma fundamental que tienen los académicos y los responsables de la toma de decisiones de comunicar al público las últimas investigaciones científicas. Se utilizan para sensibilizar, mejorar los conocimientos y abrir un debate sobre el aumento de la participación en la actividad física.
Históricamente, las directrices sobre actividad física han hecho hincapié en el ejercicio aeróbico para la salud física. Más recientemente, las Directrices sobre actividad física de los Jefes de los Servicios Médicos del Reino Unido (UK) ha querido dar al componente de fuerza el mérito que merece y ha situado estratégicamente el entrenamiento de fuerza en el centro de su infografía sobre actividad física. La infografía nos recuerda que debemos "Fortalecernos al menos dos días a la semana para mantener fuertes los músculos, los huesos y las articulaciones". Sin embargo, trabajos anteriores de Gluchowski et al. (2002) sugiere que el conocimiento, la comprensión y el cumplimiento de estas directrices de resistencia siguen siendo muy escasos.

A raíz de sus hallazgos, la Dra. Ashley Gluchowski, fisióloga clínica del ejercicio e investigadora universitaria en la Universidad de Salford, se asoció con una organización benéfica local del Reino Unido, Mudanzas en el Gran Manchester. Su investigación aplicó el Marco de mensajes sobre la actividad física desarrollado por Williamson y sus colegas para diseñar mensajes inclusivos que acompañen a las directrices y fomenten más eficazmente la participación en esta modalidad de ejercicio que salva vidas.
Este es el primer estudio que utiliza el Marco de mensajes sobre la actividad física elaborar mensajes para el componente de fuerza de las directrices sobre actividad física. Para alcanzar los objetivos de actividad física a nivel de la población establecidos en la Plan de Acción Mundial sobre la Actividad FísicaSerá necesario considerar estrategias de mensajería y comunicación que aborden el componente de fuerza. La Sociedad Internacional para la Actividad Física y la Salud (ISPAH) apoya el uso de campañas en los medios de comunicación con mensajes claros y coherentes para fomentar mayores niveles de concienciación y participación. Y aunque existen varias campañas nacionales que fomentan las actividades aeróbicas, no hay ninguna campaña de mensajes en todo el Reino Unido asociada al componente de fuerza de las directrices.
La última investigación de Ashley reunió a ciudadanos del Reino Unido para que dieran su opinión sobre las estrategias de mensajería para el componente de fuerza de las directrices de actividad física. Durante esta investigación, que sus participantes querían:
- Campañas en los medios de comunicación información basada en pruebas sobre el entrenamiento de fuerza mediante código QR
- Contenido sobre "cómo hacerlo", ya que el "cómo" realizar ejercicios de fuerza fue el principal obstáculo para la participación en este componente de las directrices.
- Su lugar de trabajo para promover y fomentar el entrenamiento de fuerza, dados sus beneficios en la reducción del comportamiento sedentario, el aumento de la productividad y el aumento de la resistencia a los problemas musculoesqueléticos.
A partir de estas aportaciones, Ashley y sus participantes públicos han codiseñado 11 directrices de mensajería. Se trata de directrices que el lugar de trabajo, los gimnasios o centros de ocio y las organizaciones sanitarias pueden seguir como punto de partida a la hora de promover o diseñar el entrenamiento de fuerza en su propio entorno o contexto.

Estas 11 directrices sugieren:
- Utilizar imágenes reales de personas fuertes y activas (no sólo de jóvenes atléticos en un gimnasio),
- Centrarse en los beneficios a corto y largo plazo del entrenamiento de fuerza, incluidos los beneficios para la salud física, mental y social, y
- Garantizar la disponibilidad de opciones adaptadas a la capacidad de cada uno, incluidas las personas que se inician en el entrenamiento de fuerza, así como las que desean continuar con eficacia su trayectoria de entrenamiento de fuerza.
Estas 11 directrices pueden utilizarse a la hora de comunicar, desarrollar mensajes formales (ejemplo: campañas en redes sociales) o diseñar y promover programas de entrenamiento de fuerza para la población destinataria (empleados, miembros/clientes y/o pacientes).
Ashley espera que estas orientaciones estimulen el debate sobre cómo eliminar las barreras para quienes se inician en el entrenamiento de fuerza y cómo conseguir que la gente siga entrenando la fuerza a largo plazo. Espera que la mejora de los mensajes en torno al componente de fuerza de las directrices ayude a que el entrenamiento de fuerza se considere inclusivo, eliminando las actuales barreras a la participación y fomentando la participación en este componente de vital importancia de las directrices de actividad física.
Autores:

Dra. Ashley GluchowskiEscuela de Salud y Sociedad, Universidad de Salford.